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16/03/2019

Fumagina: peste negra de los cítricos

Por: Ing. Agr. Sayra Magali Samudio González

Introducción. Las diversas condiciones edafoclimáticas del Paraguay le otorgan ventajas comparativas para la producción de varias especies frutales; una alternativa interesante para la economía del productor, el cual puede ofrecer sus productos al mercado nacional, e inclusive, exportar unas pocas especies como fruta fresca, jugos o conservas, con resultados alentadores.

Es importante considerar que árboles sanos, nutridos y con buen manejo agronómico se traducen en frutos de excelente calidad, pudiendo cumplir las exigencias de mercados importantes a nivel mundial.

Los cítricos ocupan el segundo lugar en el ranking de frutas más exportadas por el país, también se ubican entre las frutas más consumidas por la población en general, por lo que son árboles muy comunes en las fincas familiares y comerciales.

Un problema actual y grave para los frutales de nuestro país, en especial los cítricos, es la fumagina o peste negra de los cítricos, esta enfermedad aparece como una película o capa de polvo negro sobre las hojas y frutos generando daños indirectos a la planta, que pueden ser desde leves hasta muy graves.

Qué es la fumagina. La fumagina, es una enfermedad que aparece con frecuencia en zonas con climas cálidos y húmedos, es causada por un complejo fúngico que abarca más de 200 especies de hongos saprófitos que se desarrollan superficialmente, ataca tanto al follaje como a los frutos de diferentes especies de plantas frutales; en nuestro país, los cítricos son los más afectados.

Estos agentes se alimentan de secreciones azucaradas producidas por insectos chupadores parásitos de los frutales, como la mosca blanca, mosca negra de los cítricos, pulgones o cochinillas. Cuanto mayor es la incidencia de los insectos mencionados mayor suele ser la incidencia de los hongos causantes de la fumagina.

Época de la incidencia y síntomas. Los efectos de la fumagina pueden aparecer durante todo el año, pero la época de mayor incidencia coincide con los meses más calurosos.

Las zonas afectadas de las plantas corresponden a hojas, frutos y tallos verdes, muestran delgadas costras o películas de color negro fáciles de remover.

Daños. La fumagina no representa un problema directo para la planta, ya que los hongos no la parasitan, pero sí interfiere con la fotosíntesis; lo cual se traduce en menores rendimientos por planta, y afecta la calidad comercial de los frutos.

Manejo de la enfermedad. Como la severidad e incidencia de la enfermedad es proporcional al grado de infestación de los insectos chupadores, el manejo de la fumagina se realiza de manera indirecta, controlando las poblaciones de los insectos plagas.

Control mediante el uso de aceites minerales o vegetales. El uso de aceites minerales y vegetales constituye una alternativa efectiva para el control de insectos chupadores.

Los aceites no dejan residuos tóxicos, son seguros de usar cerca de personas, mascotas y animales salvajes, tienen bajo impacto en insectos benéficos, y no dañan a las abejas a menos que se apliquen directamente a las flores durante las horas del día en que las abejas las visitan.

Los aceites minerales utilizados como pesticidas ya vienen con agentes emulsionantes, lo que les permite mezclarse con el agua, se utilizan generalmente en dilución entre 0,5% - 2%.

Los aceites vegetales también se pueden utilizar como insecticidas, son considerados apropiados para este uso, el aceite de semilla de algodón o el de soja, además de ser menos costosos que otros aceites vegetales. Se utilizan también en dilución al 0,5 - 2%, mezclado con detergente al 0,5 - 1%, por su efecto emulsionante.

Se recomienda aplicar la mezcla cada 10 días, previo monitoreo para definir la cantidad de aplicaciones que deban realizarse. Pueden emplearse pulverizadores manuales o motorizados dependiendo de la extensión del cultivo.

Algunas recomendaciones a la hora de utilizar aceites para el control de plagas

_ No aplique cuando las temperaturas sean excesivamente altas o bajas, dadas estas condiciones, las plantas pueden llegar a sufrir estrés y corren mayor riesgo de daño por aplicación de aceites.

_ No aplique si los tejidos de las plantas están mojados.

_ No aplique en brotes que aún estén en crecimiento.

_ No aplique aceites en combinación con productos que contengan azufre debido a que pueden reaccionar formando compuestos tóxicos para la planta. Se debe esperar por lo menos 30 días para la aplicación del aceite luego de haber expuesto a la planta a azufre.

_ Debido a que los aceites matan a los insectos por asfixia, el producto debe ser aplicado de manera que cubra completamente el objetivo. Asegúrese de tratar tanto la parte superior e inferior de hojas, brotes y ramas y todos los lugares en dónde se puedan encontrar los insectos.

_ Agite el pulverizador entre cada aplicación para asegurar la homogeneidad de la mezcla.

Los equipos de aplicación deben ser lavados adecuadamente antes y después del uso de los mismos, además se debe usar los equipos de protección necesarios; guantes, tapa bocas y ropa apropiada.

Control químico. El control químico se realiza mediante el uso de insecticidas sistémicos, es importante la identificación de la plaga, la época y el nivel de infestación para realizar una recomendación correcta.

Las aplicaciones deben realizarse en los primeros estadios del insecto, ya que es el momento de mayor sensibilidad a los productos químicos. El uso de pesticidas, generalmente Piretroides o Neonicotinoides debe ser indicado por un profesional, el cual determinará la dosis, frecuencia y forma de aplicación.

Recomendaciones para mantener sano el cultivo. Se debe realizar controles frecuentes a fin de mantener sano el cultivo, las hormigas pueden ser consideradas un indicador de presencia de insectos chupadores; estas aprovechan la sustancia azucarada producida por los mismos para alimentar a sus crías, por lo que protegen su fuente y eliminan a los posibles enemigos naturales que puedan disminuir la población de insectos productores de sustancia azucarada, en presencia de hormigas se recomienda colocar un cebo hormiguicida en la base del árbol para evitar que estas protejan a los parásitos.

Una vez controlada la población de insectos, la fumagina puede permanecer por un tiempo en el árbol, se puede utilizar detergentes para limpiar el tejido afectado.

Es difícil que el control total de la fumagina se realice en una sola operación, por lo que, el control permanente ayudará a tener árboles sanos y productivos. Así, el buen manejo agronómico de los árboles frutales, no solo implica el control de los insectos plagas o enfermedades, sino, además, una nutrición adecuada y control de malezas.