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12/09/2018

Gpsa ofreció Un espacio de actualización a sus clientes: Con el foco en la próxima campaña

El pasado 23 de abril, GPSA organizó un encuentro de actualización que contó con la participación de clientes del grupo empresarial. En la ocasión se dictó una charla sobre la visión global, regional, y local del mercado de la soja paraguaya. También se presentó las principales variedades de soja que tiene la firma para la campaña 2018-2019, y el impacto del tratamiento industrial de las mismas. El evento se llevó a cabo en el local del Consorcio de Ganaderos para la Experimentación Agropecuaria (CEA), en Asunción.

Fabián Pereira, gerente comercial y director de GPSA, señaló que el objetivo de este encuentro consistió en entregar información útil a los grandes productores de la zona Norte del País. Explicó que decidieron comentar sobre lo que se puede esperar del mercado de soja, y el movimiento de éste a nivel mundial y nacional. En ese sentido, uno de los puntos de mayor incidencia durante 2018 es la disminución de la producción argentina. Otro aspecto a tener en cuenta es la imposición de un impuesto por parte de China a la importación de soja desde Estados Unidos. Además, se presentó el portafolio de semillas de soja de GPSA, enfocado a la próxima campaña. Se destacaron principalmente las variedades de lanzamiento.
Actualmente la firma multiplica genética de cuatro empresas obtentoras, y cuenta con un total de catorce opciones de soja para el mercado local. Igualmente, trabaja con cuatro proveedores de genética de trigo.


Oportunidad para la soja en el 2018. Fernando Acosta, director de Prograin S.A, habló sobre el mercado de la oleaginosa a nivel local, regional, y mundial. Presentó algunos puntos a tener en cuenta por su incidencia directa en el movimiento, y pronosticó un 2018 de buenas oportunidades para que el productor obtenga buenos premios en la venta de soja. “Para este año, yo creo que el mercado puede seguir subiendo y pueden seguir los mejores costos. Para el año que viene ya no estaría tan cómodo. Creo que será momento de ir pensando qué costos de producción tengo”. Más allá de ciertos inconvenientes climáticos, que afectaron principalmente a las primeras cosechas de soja de la campaña 2017-2018, Paraguay llegaría nuevamente a una cifra de producción interesante. De acuerdo al rendimiento que logre en el periodo de entre zafra, se debería llegar nuevamente a las 10 millones de toneladas, señaló. En relación a la molienda local, dijo que sería similar a los de años anteriores. Sin embargo, el paro de una de las plantas procesadoras dejaría un sobrante de unas 200 mil toneladas por año. Con respecto a las existencias, pronosticó una disminución. En los últimos trece años la producción mundial de soja tuvo un incremento sustancial. De 215 millones de toneladas en el año 2005, actualmente es de 334 millones de toneladas. En el 2017, la cifra fue de 350 millones de toneladas. “Es una línea creciente, que ha tenido sus altibajos en algunos momentos, pero es una línea con tendencia a crecer”. En este lapso de tiempo, Paraguay pasó de una producción de 4 millones de toneladas a 10 millones de toneladas. En el mismo periodo, Brasil saltó de 53 millones de toneladas a 115 millones de toneladas. También Argentina tuvo un crecimiento en este sentido, ya que de 39 millones de toneladas en el 2005 pasó a 57 millones de toneladas. En relación a los compradores de soja paraguaya, presentó un panorama del 2017 y el primer trimestre del 2018. Durante el año pasado, el 23% de las exportaciones locales tuvieron como destino a Argentina, el 16% a Rusia, seguida de una diversidad de países. “Durante todo el 2017 Argentina se llevó 1.400.000 toneladas. Este año ya se llevó casi 1.500.000 toneladas, en solo tres meses. El 66% de las exportaciones de soja del primer semestre del 2018 es para la Argentina”, destacó. Con respecto a la molienda nacional, señaló que de 1 millón de toneladas pro
cesadas en el 2015 se pasó a 3.7 millones a partir del 2013. Paraguay utiliza el 80% de su capacidad instalada. En los últimos años, alrededor del 40% de la producción local fue destinada a las industrias locales, señaló. Siempre en el aspecto industrial, Argentina utiliza el 86% de su capacidad instalada para el procesamiento de soja y emplea el 75% de su producción local. “Su capacidad anual de molienda es de 55 millones de toneladas, y producían 57 millones de toneladas. La demanda que existe en Argentina para la molienda es impresionante”. Mencionó la situación de la producción de soja en Argentina. Entre 18 y 20 millones de toneladas menos de lo que se esperaba saldrán del país vecino, básicamente por problemas originados por eventos climáticos. Esto genera un efecto directo en la comercialización. Es decir, la demanda argentina de soja, tanto paraguaya como de otros lugares del mundo, será mucho mayor. Para el año 2019, si se recompone nuevamente la producción, el escenario será muy similar al del 2017, señaló. “Creo que el productor paraguayo sigue teniendo la oportunidad, este año, de tener premios muy interesantes para la soja”, expresó. Otro aspecto al que se debe estar atento es la relación entre China y Estados Unidos. En caso de la imposición de un impuesto del 25% por parte del gigante asiático a la importación de soja norteamericana, se prevé un efecto sobre uno de los involucrados en la formación de precios, que es la bolsa de Chicago. En contrapartida, esta situación puede presentarse como una oportunidad de obtener mayores ventas a otros exportadores de soja. “Nosotros no podemos vender los granos a China. Pero alguien que le venda puede comprar la producción paraguaya para cumplir con lo que necesite”. Acosta señaló que se observa un crecimiento sostenido de la demanda de soja por parte de China, propiciados por los cambios de las costumbres alimenticias de su población. Se prevé un incremento de 5 millones de toneladas por año en este sentido. Actualmente, el país asiático produce entre 12 millones y 14 millones de toneladas; y su importación de soja está entre 95 millones y 97 millones de toneladas. “El perfil de China es bastante interesante y muy importante en lo que es el negocio, pero más en la compra de grano que en los derivados. Su foco es agregar valor al producto en su país. Entonces, por cuestiones de posicionamiento, estrategia de mercado, o programa de gobierno, ellos son muy fuertes en la compra de granos. Y cada año siguen creciendo en industrias”.


Portafolio de semillas. Nelson Schafer, gerente del semillero de GPSA, presentó el paquete de semillas que tiene disponible la firma para el mercado local, del que destacó principalmente los lanzamientos. Actualmente, la empresa cuenta con un portafolio de 14 variedades de soja, con opciones genéticas muy conocidas por los productores. También multiplica 8 materiales de trigo. Para recordar un poco de la historia de la empresa, su semillero inició en el año 2009, enfocado exclusivamente a la multiplicación variedades Syngenta hasta la zafra 2013-2014. A partir de entonces, incorporó nuevos obtentores a su portafolio. La firma obtuvo la certificación ISO 9001:2015 en el año 2011. Desde el inicio, la planta cuenta con la tecnología de tratamiento de semillas. La capacidad de producción es de 200.000 bolsas de semillas de soja Actualmente la firma trabaja con cuatro obtentores de variedades de trigo, que son Iapar, Coodetec, Biotrigo, e IPTA. En total multiplica ocho materiales para la siembra del cereal. Schafer destacó el trabajo de Biotrigo, que en Brasil tiene alrededor del 60% del mercado de trigo. GPSA cuenta con tres opciones de esta empresa: TBio Toruk, TBio Sintonia, y TBio Sossego. Éste último estaría disponible para la campaña del 2019, señaló. Con respecto al portafolio de soja, GPSA multiplica variedades de cuatro obtentores. Schafer destacó las novedades. Entre ellas, la M 5947 de Monsoy, la Syn 1561 IPRO de Syngenta, y la NS 6248 de Nidera. Desde este año sumó a su oferta la genética de Don Mario, con los materiales DM 5958 IPRO y DM 62R63 RSF. En relación a la variedad DM 62R63 RSF, destacó su alto techo productivo, su resistencia al cancro del tallo y la buena respuesta a suelos de alta fertilidad. Recomendó cuidar la densidad poblacional, para evitar que las plantas se tumben. Su ventana de siembra para el norte del país es del 20 de setiembre al 20 de octubre. De la DM 5958 IPRO resaltó su potencial productivo. Mencionó algunos aspectos a tener en cuenta para este material, como no emplear para apertura de plantío. Ambas tienen la tecnología STS, lo que permite el manejo con herbicidas del grupo de las sulfonilureas. Señaló que la variedad NS 6248 de Nidera presenta una configuración interesante para la región norte del país. Al comparar con la Nidera A 5909 RR, éste material ofrece una oportunidad de siembra más temprana, ciclo más largo, y mayor tolerancia al estrés de déficit hídrico. Se destaca por la buena ramificación. Recomendó evitar siembras tardías y ambientes de baja fertilidad del suelo. El lanzamiento de Syngenta que presenta GPSA es la Syn 1561 IPRO, la variedad más precoz de la multinacional. Este material está indicado para siembras desde finales de setiembre a inicios de noviembre, es decir, para cierre de plantío. Entre sus puntos fuertes, mencionó su elevada productividad y la tolerancia al acame. Recomendó para parcelas de mediana a alta fertilidad. La otra novedad del portafolio GPSA es la M 5947 IPRO de Monsoy, que en Brasil ya se utilizó a nivel comercial durante la pasada campaña. Destacó su productividad y la respuesta a ambientes de alta fertilidad. Resiste a la pústula bacteriana y ofrece muy buena compensación de plantas, señaló. Entre los puntos a tener en cuenta, mencionó que este material tiene una ventana de siembra más restringida, no está indicado para apertura. Pidió evitar áreas con nematodos y mencionó que puede presentar tallos verdes. El gerente del semillero de GPSA también comentó sobre la tecnología de aplicación de las máquinas que emplean en la planta. Destacó la relación costo-beneficio que se obtiene con el tratamiento industrial de semillas, además de los aspectos relacionados a la seguridad operacional.