Dr. Oscar Daniel Barrera Sánchez, Director General Agroinnova Panamá.
M. Sc. Guillermo Andrés Enciso Maldonado, Universidad Autónoma Chapingo, México; Centro de Desarrollo e Innovación Tecnológica, Itapúa, Paraguay.
INTRODUCCIÓN
Paraguay es un país con abundantes riquezas naturales, tierras fértiles, un buen régimen pluviométrico, grandes reservas de agua dulce y con más de 300 días de sol al año. La temperatura media anual oscila entre los 20 y 25°C, los inviernos son suaves e irregulares con temperaturas medias de 15 a 20°C, aunque anualmente se reportan una a tres heladas, dependiendo de la zona; mientras que los veranos son calurosos y húmedos, con máximas medias de 30°C, mínimas medias de 20°C. La geografía del Paraguay varía según cada región, el Chaco es una extensa planicie semiárida a subhúmeda, mientras que la Región Oriental es de menor superficie, pero más fértil y húmeda, presentando un paisaje ondulado de colinas con abundantes lluvias.
Estas características de clima y geografía permiten al Paraguay ser un gran productor y exportador de alimentos, inclusive siendo referencia mundial en algunos rubros: mayor exportador de azúcar orgánica, sexto mayor productor y cuarto mayor exportador de soja, séptimo mayor exportador de maíz, además de ser un productor y exportador de carne, trigo, arroz, sésamo, chia, yerba mate, entre otros.
A pesar de que los productores paraguayos han sido exitosos en el desarrollo de varios cultivos, existe un potencial de producción que no está siendo explotado al máximo, este potencial se encuentra en las hortalizas.
La horticultura paraguaya está compuesta por un 96,5% de huertas familiares cuyo fin de producción es el autoconsumo y por un 4,5% de huertas comerciales de baja tecnificación (Censo Agropecuario Nacional, 2008). Esta baja tecnificación se refleja en los bajos rendimientos de las cosechas y en la inadecuada presentación de los productos para el mercado nacional e internacional. Un indicador de la falta de adecuación de la producción nacional a las condiciones del mercado es que el Paraguay importa volúmenes considerables de frutas y hortalizas frescas e industrializadas (Bareiro, 1999). Según datos del Banco Central del Paraguay, el volumen de importación de hortalizas alcanzó el 91 % en el año 2017, lo que significa que Paraguay no está produciendo la cantidad de hortalizas necesarias para cubrir su demanda local.
Una alternativa para aumentar la cantidad de producción de alimentos por unidad de superficie (m2), mejorar la calidad del producto y mantener constancia de cosecha a lo largo de todo el año, independientemente de la época, es la producción bajo el esquema de AGRICULTURA PROTEGIDA, específicamente en invernaderos.
AGRICULTURA PROTEGIDA E INVERNADEROS
La AGRICULTURA PROTEGIDA permite mantener cierta independencia del cultivo respecto a las condiciones ambientales de la intemperie, sobre todo temperaturas y precipitación así como protegerlo de las plagas y enfermedades; sin embargo es de fundamental importancia entender que las características de un invernadero como sus dimensiones (largo, ancho, altura al canalón y altura total, tamaño de abertura cenital y orientación) deben estar basadas en las condiciones climáticas (vientos, radiación solar, temperaturas, humedad relativa) del lugar donde será construido y de los requerimientos del cultivo.
Conocer las condiciones climáticas y los requerimientos de los cultivos determinará la necesidad de diseñar invernaderos con resistencia a vientos, cantidad de aberturas, altura cenital, orientación, la capacidad de carga por m2para que el cultivo pueda ser tutorado de la estructura, el tipo de plástico y porcentaje de sombreamiento, el tipo de malla antiáfidos y lo abierta o cerrada de la misma. Además, los dos puntos anteriores servirán para determinaran el nivel de equipamiento que un invernadero requiere para brindar a las plantas las mejores condiciones de luminosidad, humedad y temperatura al cultivo, como lo es la colocación de extractores y recirculadores de aire, los cuales favorecerán el flujo de aire dentro del invernadero y la salida de aire caliente por la ventila cenital, la pantalla o malla de sombreo para cultivos que requieran menor intensidad luminosa o la colocación de un sistema de calefacción para contrarrestar el efecto negativo de bajas temperaturas en invierno como las heladas (temperaturas menores a 0°C). Por lo tanto, si se toman en cuenta los factores anteriores para el diseño de un invernadero, se pueden obtener rendimientos y calidades en la cosecha de cultivos muy superiores a los obtenidos en campo abierto o en invernaderos no adecuados a las condiciones climáticas del lugar y de las necesidades del cultivo.
Lo anterior se puede observar con la variedad Paipai, un tomate tipo saladette o perita, la cual es ampliamente cultivada en países como México y Panamá, estando presente también en Paraguay. Esta variedad, cultivada en suelo y con un adecuado manejo agronómico de nutrición y manejo de plagas y enfermedades, puede alcanzar rendimientos de 50.000 kg o más de frutos por cada 1000 m2 de invernadero por ciclo, a una densidad de 3,5 plantas/m2, pudiendo llegar a más de 24 racimos de tomate por ciclo (Figuras 1 y 2), en comparación con su cultivo a cielo abierto o en estructuras no adecuadas en donde no se superan los 10 racimos. En este punto, cabe mencionar que según el Censo Agropecuario Nacional (2008), el rendimiento promedio de tomate producido a campo abierto en Paraguay es de aproximadamente 3.500 kg/1000 m2 (35 t/ha).
NO ES LO MISMO EXPRESAR EL RENDIMIENTO EN kg/planta QUE EN kg/m2
El rendimiento agrícola se define como la relación de la producción total de un cierto cultivo cosechado por unidad de superficie utilizada. Este concepto es importante aclararlo debido a que muchos productores hablan en términos de kg/planta, sin embargo, se debe entender que existe una gran diferencia.
El rendimiento agrícola está compuesto por la densidad poblacional del cultivo (cantidad de plantas/m2) y por la producción individual de cada planta. Entonces, el rendimiento de cultivos hortícolas en invernadero se expresa en t/ha o kg/m2 y se calcula dividiendo el total de rendimiento obtenido en todo el ciclo completo de producción entre la superficie cultivada. Por ejemplo; si se cosecharon 50.000 kg en un invernadero de 1000 m2, el rendimiento es de 50 kg/m2.
Si se deseara calcular el rendimiento por planta (lo cual no es muy usual ni recomendable), primero se debe calcular la densidad de plantación, que se obtiene dividiendo el número total de plantas existentes entre la superficie que ocupan. Por ejemplo si se tienen 3.500 plantas en un invernadero de 1000 m2, la densidad es de 3,5 plantas/m2, luego se divide el rendimiento por m2 entre el número de plantas por m2, por lo que para este ejemplo, serían 50 kg/m2entre 3,5 plantas/m2, dando un total de 14,28 kg/planta, por ciclo.
Entonces, si se habla de que dos productores obtienen 14,28 kg/planta pero el primero maneja una densidad de 2 plantas/m2 (1 m entre hileras y 0,5 m entre plantas) y el segundo 3,5 plantas/m2, el primero tendrá un rendimiento de 28,56 kg/m2 y el segundo 50 kg/m2.
No es recomendable expresar el rendimiento por planta ya que cada productor normalmente tendrá diferente densidad de plantación, y también existirán plantas que por razones diversas van a perecer durante el ciclo ya sea por enfermedades, daño por manejo o por efectos ambientales dependiendo de si se encuentran en las orillas del invernadero o en el centro o por un riego heterogéneo dentro del invernadero, por lo que algunas plantas van a producir menos racimos y frutos que otras plantas. Por lo anterior, lo más correcto es medir el rendimiento del cultivo en kg/m2ya que al expresarlo de esta forma, va implícito el rendimiento de las plantas más productivas y las menos productivas.
Para el caso del cultivo de locote, en un invernadero adecuado y con un buen manejo agronómico, se pueden obtener rendimientos de hasta 28 kg/m2 en suelo por ciclo de cultivo como se ve en las figuras 3 y 4.
COMENTARIOS FINALES
Los dos ejemplos de producción bajo agricultura protegida son casos reales de producción en suelo. Cabe mencionar que al aumentar el nivel de tecnificación y con otras modalidades de producción como la hidroponía, el rendimiento tenderá a ser mayor.
Paraguay tiene un potencial productivo de hortalizas en suelo muy alto para mercado nacional si los productores comienzan a cultivar bajo el esquema de agricultura protegida, especialmente bajo invernaderos, siempre y cuando se tomen en cuenta los factores climáticos y requerimientos del cultivo en cuestión. De igual manera si se le da un buen manejo el rendimiento puede ser muy superior al actualmente obtenido en campo abierto y en invernaderos no adecuados.